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BERNARDINA LA COMADRONA
Las grandes personalidades sagüeras de
finales de siglo XIX nacieron de las manos de Bernardina Domínguez una partera muy querida y respetada en la Villa del Undoso
nacida de padres esclavos en 1826. Existía a principios del siglo XX una expresión de “sagüerismo” que expresaba:
”Soy sagüero de pura sepa,me recibió Bernardina y me bautizó el padre Lirola”. Las madres habían enseñado a sus hijos a respetar con profunda reverencia
a estos dos sólidos monumentos de la sociedad.
Pero Bernardina no se destacó
solamente por su habilidad de comadrona. Cuentan los viejos que de no ser por
su increible record de miles de partos, a ella se le conociera como una Sibila
o Adivinadora ya que en muchos de los alumbramientos, profetizaba el futuro de las criaturas nacidas.
Uno de sus casos más asombrosos
lo fue el de Don Joaquín Albarrán, nuestro médico universal, el cual fue recibido por Bernardina el 9 de Mayo de 1860 en la
casa de sus padres en la calle de Colón # 173. En esa ocasión, tomando en sus manos a la recién nacida criatura, esta le dijo:”Atravezarás
mar para ir muy lejos a seguir una carrera prodigiosa que la muerte tronchará”…
Escalofriante revelación que
se adelantaba 52 años cuando un final prematuro le arrancaría a Cuba, y al mundo entero, uno de sus hijos más destacados de
las ciencias médicas.
Otro de los casos que ha quedado
como un inmoble mito, ocurrió en la mañana del 3 de octubre de 1870 cuando se celebraba un acto de los bomberos en el parque
de la iglesia recién construido y muchos militares formaban filas para la bendición
de una bandera. Pronunciaba un importante discurso patriótico el sacerdote,
Presbítero Don Dionisio Rodríguez;
al mismo tiempo, al cruzar la calle,en los altos de la casona de Martí esquina Carmen Ribalta,Bernardina luchaba con Doña Enriqueta
López de Robau para que alumbrara a su hijo José Luis. En eso, suena un disparo de canón y al unísono nace el bendito niño…,la
Comadrona mirando a su madre entonces dice:
“Caramba, este muchacho va
a ser General; lo reciben con un cañonazo”… De Nuevo Doña Bernardina Domínguez
se había adelantado un cuarto de siglo a las gloriosas hazañas de General Don José Luis Robau López que con su Brigada
Sagua escribió una memorable página para el pueblo de Sagua La Grande.
En
los finales de su vida muchos pudieron constatar que Doña Bernardina poseía un grueso diario o libro de anotaciones donde
había compilado con mucho detalle todos y cada uno de sus partos. En cada uno de ellos incluía no solo el nombre del bebé
dado a luz, el de sus padres y la fecha-hora, sino que además anexaba un comentario muy personal y misterioso donde al parecer
escondía los detalles más sobresalientes del futuro adulto, una especie de premonición en clave que en algunas ocasiones expresó
en voz alta, pero que en la mayoría de los casos quedaron sepultadas solamente en este fascinante libro hoy desaparecido pero
que se conservó por mucho tiempo en el Centro de Veteranos de Sagua La Grande.
Los profetas no solo pertenecen
al viejo continente, por acá también los tenemos.